Empiezan a aplicar la vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus. ¿Se le puede tener confianza? Los estudios preliminares, que no han sido aún publicados pero que han sido anunciados en un informe del Instituto Gamaleya –que es serio, con muchísima trayectoria- hablan de una eficacia superior al 91%. Es toda la información que se tiene. También que no ha aparecido, por lo menos hasta ahora, ningún efecto adverso serio. Así que, en principio, no hay por qué pensar que la vacuna no va a ser eficaz y no va a ser segura. De todos modos, es cierto que el procedimiento de autorización de esta vacuna siguió un camino diferente al que la ANMAT hasta ahora utilizó para hacer todas las aprobaciones regulatorias para el registro de nuevos medicamentos y nuevas vacunas. El procedimiento fue mucho menos riguroso. Esa es la realidad. La oposición exigió que publiquen los argumentos de la ANMAT para aprobar la vacuna rusa. ¿Qué es lo que se espera que haga la ANMAT? Lo que hasta ahora figura, o por lo menos se ha hecho público desde la ANMAT, es una carta enviada por expediente electrónico por el actual interventor (Manuel Limeres) al secretario de área (Arnaldo Medina) donde lo que dice es algo como: “La vacuna es segura, hemos revisado la planta, es aceptable. Creemos que la eficacia supera los riesgos”. Eso no es un informe técnico. Y ni siquiera se acerca a los informes técnicos habituales de la ANMAT para proceder a la aprobación, para el registro, y ni siquiera para la recomendación. No hay una razón específica para sospechar y pensar que la vacuna rusa no va a ser tan eficaz o tan efectiva como el resto de las vacunas, pero claramente el procedimiento para su aprobación no ha sido el mismo. Los estándares son menos rigurosos y, por lo tanto, no contribuyen a despejar todas las dudas y las suspicacias que se han montado sobre esta vacuna. Esto para mí es una equivocación del Gobierno. Por cumplir un plazo que se había definido, ya que el Presidente había prometido comenzar con la vacunación antes de fin de año. Se está trabajando de manera demasiado acelerada y salteando algunos procedimientos y pasos. ¿Está bien que se empiece a aplicar la vacuna sin que el ensayo clínico se haya publicado en una revista científica? No es lo ideal. De todas maneras, la vacuna de Moderna, que ha sido aprobada en Estados Unidos por la FDA hace unos días, todavía tampoco se ha publicado. Lo que pasa es que el dossier, el expediente, toda la información sobre la seguridad y eficacia no solo está exhaustivamente elaborada y publicada en un informe a la FDA, sino que ese informe es público. Cosa que tampoco tenemos con la Sputnik. Lo único que hay (con la Sputnik V) es el anuncio de prensa del Instituto Gamaleya. No hay otra cosa. Dice que la vacuna en la fase 3 ha demostrado un 91,4% de eficacia, pero no está abierto por la eficacia de acuerdo a grupo poblacional o de acuerdo a los grupos de riesgo. Por ejemplo, si en los diabéticos o los obesos la eficacia es igual. ¿Por qué no se cerró el acuerdo con Pfizer? Desconozco los pormenores y los detalles. La ley de vacunación para el Covid (Ley 27.573) tiene tres artículos que han tenido cuestionamientos. Uno de ellos habilita la prórroga de la defensa de inmunidad soberana, que es garantizar que cualquier litigio ante algún problema se haga en el país de origen de la vacuna y no donde ocurre el hecho. Esto fue pedido por los laboratorios, y sobre todo por Pfizer. Dijeron: “OK, nosotros aceleramos todo (el desarrollo y producción), pero ustedes nos garantizan que no vamos a tener problemas legales por todos lados”. Tanto esta cláusula como el articulo 8 y el 9, fueron incluidas en la ley entre gallos y medianoche. Yo hablé con muchos diputados, y esto fue incluido el día anterior a que se votara en el recinto. En el caso de Pfizer, aparentemente, lo que se agregó en ese artículo era “excepto que se constate negligencia”. Lo cual es lo suficientemente amplio para Pfizer. ¿A qué llaman negligencia? Puede ser cualquier cosa. Entiendo que esa es una de las razones por las cuales se suscitó la disputa. Otra cosa que se dice es que Pfizer pretende garantizar el transporte y la distribución de la vacuna –que requiere -80°C-. Ellos realizaron unos contenedores especiales para transportar los viales con geolocalizadores y sensores de temperatura. Todas estas cuestiones: el transporte, lo de la negligencia, los miedos de Pfizer de no poder asegurar la cadena de frío, creo que han entorpecido el acuerdo comercial. Por otro lado, convengamos que la vacuna de Pfizer es bastante complicada. Y yo diría que inviable en la Argentina para hacer una vacunación a gran escala. Creo que puede utilizarse en la Ciudad de Buenos Aires o en los grandes centros urbanos. Pero es muy difícil de transportar y distribuir a lo largo del país. También se están demorando las vacunas chinas. ¿A qué se debe? Ahora está todo este conflicto con el embajador chino. Está claro que Argentina está tratando de cerrar acuerdos comerciales con alguno de los dos grupos que están produciendo las vacunas, que son Sinopharm y Sinovac. La verdad que no tengo información. Sé que no es algo sencillo, porque China tiene comprometida su producción para China y para otros países. Lo que se dice es que la Argentina está participando en los ensayos clínicos, entonces tendría privilegios, pero ya vemos que esto con Pfizer no funcionó. El Gobierno apostó a AstraZeneca, pero el laboratorio se equivocó en el ensayo. ¿Qué opina sobre esto? El ensayo clínico que fue publicado en The Lancet de la vacuna de AstraZeneca en fase 3 dio algunos resultados que yo diría fueron sorprendentes. Uno de los grupos demostró tener mayor eficacia que otro grupo. Tiene que ver con que en el primer grupo se dio la mitad de la primera dosis y luego la dosis completa. Versus la otra cohorte, que se dio las dos dosis completas. Llama mucho la atención: porque la eficacia fue más del 90%. Aparentemente, eso ocurrió por algunos errores en la administración de la dosis en el ensayo clínico. Con lo cual, se está reevaluando todo. Probablemente, esto retrasa la producción de la vacuna. Lo que parecía que iba a ser una llegada de la vacuna mucho antes, ahora se ha retrasado. Los plazos que se manejan son marzo o abril. Y el Gobierno comprometió, entiendo yo, alrededor de 20 millones de dosis con AstraZeneca. Las personas de 18 a 60 años que no tienen enfermedades previas no están contempladas, al menos al principio, en el plan de vacunación. ¿El sector privado debería ofrecerles la vacuna a través de las prepagas o a quienes las quieran comprar? No están contempladas en los primeros grupos, donde se va a priorizar el comienzo de la vacunación, pero sí están contempladas. Este primer año todavía no están incluidas estas vacunas en el Calendario Nacional de Vacunación. Es muy probable que sí lo estén el año próximo. Con lo cual, es una suerte de limbo. Porque también depende de si el Gobierno puede asegurar la disponibilidad de las dosis para poder vacunar a toda la población. El problema ahora, sobre todo este primer año, es que hay un déficit de stock y de producción para poder satisfacer la demanda de todos los países. Estamos hablando de miles de millones de dosis. Por eso en este momento, en general, los acuerdos no son entre privados. Son los gobiernos los que están comprando por cuenta y orden de sus ciudadanos. ¿Qué piensa de que Alberto Fernández haya permitido hacer el velorio de Maradona en plena pandemia? Fue una pésima señal. Más allá de si tuvo o no tuvo impacto sobre este rebrote que estamos teniendo en las últimas semanas, yo creo que tuvo un impacto simbólico enorme porque fue una suerte de punto de largada a la percepción generalizada de que ya se acabó la pandemia. Y esto después fue seguido de otras movilizaciones y eventos muy numerosas en la calle, en el AMBA, que lo que hicieron fue reforzar esta sensación. Hicieron pensar a la gente: “Bueno, ya está”. Entre que van bajando los casos, y que ya está la vacuna a la vuelta de la esquina, y el Gobierno hizo una suerte de foco en la comunicación donde parecía que la vacuna iba a ser una solución mágica e inmediata para resolver la pandemia. Y el hartazgo social, obviamente. La gente está repodrida. El resultado lo estamos viendo ahora. Creo que esto no es una segunda ola, pero tenemos un rebrote importante. Hablando de la segunda ola, ¿estaremos lo suficientemente vacunados antes de que llegue? No, eso definitivamente no. Si tenemos una segunda ola como la que se vivió en Europa, esto es que llegaría para abril o mayo, cuando empiece el clima más frío y la gente se empiece a encerrar, probablemente en ese momento la campaña de vacunación ya va a estar empezada, pero va a estar muy focalizada todavía en los grupos de más alto riesgo. Lo que sí probablemente tengamos, en una primera etapa, es una reducción importante de la mortalidad. Estamos en medio de las Fiestas y se vienen las vacaciones. ¿Qué tendría que hacer el Gobierno para frenar el rebrote? Estamos muy sobre la hora. No es que la gente desconozca qué es lo que hay que hacer: guardar el distanciamiento físico, usar barbijo, evitar las aglomeraciones y estar en espacios cerrados, la higiene de manos. El tema es cómo llegar a los segmentos de la población que circulan en este momento, como los jóvenes o los adolescentes, y que tienen una muy baja percepción de riesgo. Entonces, ¿cómo tratar de llegar a ellos? ¿Cómo hacer que tengan comportamientos solidarios? Que sigan las medidas de prevención, que traten de minimizar el contacto con los adultos mayores y con los grupos de riesgo, que se cuiden cuando están con ellos. Todo este es el mensaje que tiene que hacerse y que lamentablemente fue muy desatendido. Creo que hubo una falla comunicacional. Un médico anti-grietaSale a correr, temprano, casi todas las mañanas. Y en las vacaciones hace trekking o senderismo de montaña. Ahí, en pleno movimiento, surgen muchas de las reflexiones de este médico y político de 62 años. Adolfo Rubinstein siempre tuvo un interés muy claro en la política. Su familia vino de Rusia escapando de los pogromos zaristas en 1890 y se asentó en las colonias judías de Entre Ríos. Son parte de los “gauchos judíos”. Se llama Adolfo por su abuelo, famoso concejal socialista porteño en la década del 30-40, amigo de Alfredo Palacios y Lisandro de la Torre. Su padre fue un dirigente socialista que a principios de los 80 comenzó a estar con Raúl Alfonsín y formó la corriente radical socialista, que tuvo corta vida. Luego fue secretario de estado de Alfonsín en toda su presidencia. En esa época, Rubinstein se afilió al radicalismo para votar a Alfonsín en la interna. “Siempre fui radical”, comenta, aunque también deja en claro que su carrera fue médica y académica. Tiene amplia trayectoria en medicina y salud pública. Pasó por la práctica clínica y por la investigación. Hasta que se convirtió en funcionario del gobierno de Mauricio Macri. Por eso, considera importante que la gente que transitó otros caminos pueda contribuir a mejorar la calidad de la política. Dice que el desarrollo económico y social de un país tiene que ver necesariamente con la calidad de sus instituciones. Y desea que esto nos de una visión de futuro. “A veces uno encuentra un futuro muy incierto, después de décadas de decadencia. Sobre todo, cuando uno lo ve con los hijos. Yo tengo hijos de 27 años (los mellizos Florencia y Federico). Y veo todo el pesimismo que hay sobre la marcha del país. El desafío es, entonces, cómo hacemos para lograr que este país arranque de una buena vez”, analiza. Para eso, considera importante que haya acuerdos políticos amplios sobre los temas importantes. “Que no se discuta más a nivel partidario, ni que se entre en la grieta, sino que puedan discutirse de manera más participativa”, propone. En 2018, Rubinstein se manifestó a favor de que el tema del aborto legal se discuta en el Congreso. “En los países que legalizaron el aborto, la mortalidad materna bajó drásticamente”, dijo entonces en una entrevista a Clarín. Luego quiso actualizar el protocolo para la Interrupción Legal del Embarazo. Pero no lo dejaron. El entonces presidente, Mauricio Macri, y la entonces ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, expresaron su malestar con el funcionario por haber emitido sin consultar a "sus superiores jerárquicos" la resolución 3158/2019. Ante esta situación, el Gobierno derogó por decreto la medida y Rubinstein presentó su renuncia. “La derogación del protocolo me obliga a renunciar”, explicó en la carta de tres páginas que le envió a Macri, a quien le agradeció por “su confianza”. Más allá de la salud y la política, a Rubinstein no le cuesta demostrar sus otras pasiones. Manifiesta ser un “gallina fanático”. Cuenta que hay libros –como Sapiens: De animales a dioses (Yuval Noah Harari)- que le “vuelan la cabeza” y considera que la serie danesa Borgen es “impresionante”, aunque “nada comparada con los Soprano”. ItinerarioAdolfo Rubinstein se graduó con honores de la Facultad de Medicina de la UBA y tiene un Magister en Harvard. Durante 21 años fue Jefe del Servicio de Medicina Familiar y Comunitaria en el Hospital Italiano. Es investigador del CONICET. Publicó más de 120 artículos en revistas con referato. Fue Ministro de Salud nacional desde noviembre de 2017 hasta diciembre de 2019. Hoy dirige el Centro de Implementación e Innovación en Políticas de Salud (CIIPS) del Instituto IECS, afiliado a la UBA. Al toqueUn proyecto: Que todo lo que tengo para ofrecer desde la ciencia pueda servir para hacer una diferencia en la política. Un desafío: Poner mi granito de arena al mejoramiento de la calidad institucional en el país. Un líder: Raúl Alfonsín Un placer: El trekking y el senderismo Un prócer: Nelson Mandela Un sueño: Que la tragedia que vivimos este año nos sirva para repensar un mundo basado en la solidaridad global. Un recuerdo: Mi padre Una sociedad que admira: Las sociedades nórdicas Una comida: Polenta con osobuco Una bebida: Vino Un libro: Sapiens. De animales a dioses (Yuval Noah Harari) Una película: La saga de El Padrino Una serie: Los Soprano |
Entrevista: Vanesa López |